Angie Catillo Paucar (Huaraz, 24 años) es comunicadora social, egresada de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo. Un modelo de inspiración para varios de los estudiantes de la escuela de Ciencias de la Comunicación debido a su singular personalidad, carisma y empatía.
Por: Lucero Navarro Cruz
Tener puesta la mirada, solamente en el mundo laboral, ya no es una opción. Los sueños, metas y pasiones, que logran inspirarnos, ahora deben de formar parte de nuestro día a día. Ser nosotros mismos debe de ser nuestra prioridad, vivir de manera correcta y haciendo lo que nos gusta debe de ser, siempre, la primera opción.
Esta es una pequeña parte de Angie Castillo, la persona que se preocupa por prender su foco y subir el cierre de su casaca para verse más presentable.
Pregunta: Angie, eres bastante extrovertida y las personas siempre vamos diciendo cosas buenas o malas sobre los demás. ¿Cuáles son los comentarios más frecuentes que has recibido sobre tu personalidad?
Respuesta: Siempre me han dicho que soy muy relajada y que todo me resbala, también que tengo mucha autoestima. Respecto a la autoestima, sigo trabajando en ello. Que me vean así, no significa que esté todo bien. Aún tengo mis luchas, estoy tratando de llevar todo con calma. Oye, muchos creen que sus comentarios me afectan, pero no va, la verdad es que no va.
P: ¿Tienes algún punto en donde, de cierta forma, te consideres introvertida?
R: Pienso que soy una persona un poco más…una persona que tiene una razón para entablar una amistad o hablar con alguien. Si soy tu amiga o tu conocida, es por una razón. Ya sea porque quiero aprender, ayudar o mejorar. Y esto sucede en cada relación que tengo. Si, soy algo profunda en ese sentido.
P: ¿Qué es lo que te apasiona más de ser tú misma?
R: Me gusta ser multifacética, soy un poco de todo. Me gusta arriesgarme, pero no me gusta improvisar. Trato de hacer bien las cosas, por eso trato de aprender y si quiero entrar a algo, siempre trato de estar preparada para no arriesgarme mucho. De las pocas cosas que he podido hacer hasta el momento, siento que las he hecho bien porque me he centrado y le he dado tiempo para no poder improvisar.
P: Varias personas me han comentado “Angie si se atreve a todo”, no saben cómo es que te alcanza el tiempo, porque eres participe de muchas actividades e incluso se preguntan si duermes ¿Siempre fuiste así de motivada y arriesgada?
R: (Risas) En la universidad me lo han dicho bastante. “Angie, cómo puedes hacer tantas cosas” y te juro que yo no me doy cuenta hasta que me lo dicen. Creo que es una característica natural mía, porque si de lunes a viernes ya estoy ocupada, sábado y domingo también debo de hacer algo. O bien me voy a ensayar o estoy enseñando en algún taller. Si viajo, tengo un motivo, no lo hago mucho por pasear. Me gusta viajar, pero si no hago algo dentro de ese viaje, no siento que he hecho algo por mi vida. Por ejemplo, cuando inicié la universidad, comenzamos a reactivar el círculo de estudios, hacer pequeños cursos con los chicos de la facultad, entré a voluntariados y de allí comencé a conocer a más personas que de cierta forma me necesitaban y eso hacía que me mantuviera ocupada. A la par de lo que es el arte, siempre he estado en los ensayos con la asociación cultural, con el canto. Entonces, sí. Confirmo que he hecho muchas cosas al mismo tiempo. (Risas)
Pero, la ventaja de estar aquí en Huaraz es que no hay tráfico y que toda está cerca. Entonces no hay excusas para algo que tú quieras hacer. Aquí puedes llegar a cualquier lugar en cinco minutos en taxi, mientras que en Lima dices “Si, llego”, pero llegas en dos horas. (Risas)
P: ¿Qué es lo que te motivaba en ese entonces y hasta ahora a realizar voluntariados y apoyo social?
R: Surgió cuando comencé a leer un poco más sobre la situación del país y así es como empiezo a concentrarme en el periodismo, porque organizaciones extranjeras hablaban sobre la situación caótica que vivimos. Entonces me senté y dije “¿Qué puedo hacer desde este espacio?”. A los dos meses, apareció una convocatoria para “Parlamento Joven”, yo postulo y logro ser plenaria de la región Áncash, a la par conocí a una amiga que trabaja con mujeres en estado de vulnerabilidad y fue por allí que comienzo a ampliar mis conocimientos. Desde aquel momento decidí que tenía que estar metida, sí o sí, en el activismo. Sea pagado o no, tenía que hacerlo porque así es como se inicia.
P: ¿Con qué te has quedado de todos los voluntariados y ayuda social que has realizado?
R: Todo lo que tenga que ver con la vida, ahora me motiva, sea la naturaleza, las mujeres o las personas que viven en las zonas rurales que no poseen los mismos servicios que nosotros tenemos en el área urbana. Esa parte de la vida me inspira mucho y por allí es que he empezado a madurar.
P: ¿Los voluntariados te han dejado alguna lección de vida?
R: Si, me han enseñado que es posible trabajar en equipo y que no es necesario estar solo para que todo salga mejor. Si bien es cierto que uno se comprende, en los momentos que uno quiere dejarlo todo, no va a tener a nadie que le diga:” Oye, puedes hacer esto”. Es bueno no renunciar a la sociedad, es difícil trabajar en equipo porque somos cabezas muy diferentes, pero yo sí creo que puede haber algo en común para no desentendernos del todo. Yo sí, no pienso dejar de creer en los grupos, por más poco objetivo que parezca.
P: Por otro lado, ¿desde cuándo es que practicas teatro y te dedicas al arte? Porque te he escuchado cantar, también tocas la guitarra y el ukelele. Además, practicaste ballet y danza contemporánea.
R: Yo he crecido con eso. Vengo de una familia de artistas y he crecido viendo a mi papá tocando y cantando, él es un profesional en la música. Sus hermanos tienen una banda de rock y una de sus hermanas es actriz. Y bueno, ella es quien vio a sus sobrinos pequeños y nos invitó a su taller. Así fue que yo, desde los ocho o nueve años, me mantengo en los talleres. Fue gracias a mi tía, Yolanda Castillo, que he desarrollado mi expresión artística.
P: Entonces, ¿el arte te ha ayudado a ser bastante expresiva? Eres una persona que dice las cosas sin filtros.
R: Yo creo que sí. En donde tomé más disciplina y sensibilidad en las cosas, fue cuando ingresé a Sinfonía por el Perú, porque yo no me había dado cuenta de que en el arte también debes de respetar mucho. Si llegabas tarde, te cerraban la puerta y si sucedían tres veces más, te botaban. A mí me botaron del violonchelo y del Sinfonía, porque falté por “martes guerra” y no había justificado creyendo que ellos entenderían. Cuando volví me dijeron que no podía entrar porque la responsabilidad es responsabilidad y que no es un juego. El arte no es como la gente lo ve desde afuera, se necesita disciplina
P: ¿En cuantas obras de teatro has participado hasta ahora?
R: Uffff, cuantas serán. No puedo contarlas, pero si hablamos de obras bien trabajadas, son unas diez, con ensayos de un año, año y medio y ocho meses.
P: ¿Cuál es tu obra de teatro favorita?
R: En obras, la que más me ha gustado es “Identidad”, es una obra dirigida por Yolanda Castillo. Esta obra está inspirada en la ciudad de Huaraz, la primera vez que ella presentó la obra fue en el 99 y la última vez fue en el 2017. Fue una obra muy inspiradora, mezclamos teatro y música, fue realmente muy bonito y espero que vuelva a salir.
P: ¿Cuál es tu personaje favorito?
R: En personajes, mi favorito es este último que interpreté, la del alguacil mayor en “El traje de la Reina”. Fue mi primera vez actuando de varón. La directora me dijo: “Vas a hacer de hombre”, y yo: “Ya normal, voy a cortarme el cabello”. Yo estaba dispuesta. Pero no, no me lo he cortado (Risas)
P: Tu disposición para cortarte el cabello, habla mucho de lo arriesgada que eres.
R: Claro, claro. Si te gusta, hazlo, no hay problema.
P: ¿Sabías que en la universidad eres bastante mencionada por los estudiantes y profesores de ciencias de la comunicación? Has dejado una marca dentro de la universidad y también dentro de los chicos que estudian, como los de octavo.
R: ¿A si? Esto lo tomo con humildad, no me gusta comentar lo que dicen de mí por más positivo que sea, porque hay más responsabilidad en mí y estoy como que “Oe aterrízame”. ¿Ahora te has dado cuenta? Todo este mundo de las redes, es totalmente falso y te pones a pensar en cómo es que uno se puede inflar tanto. Y bueno, yo creo que la única forma en la que puedes trascender es dejando algo positivo en alguien o siendo alguien que inspire a seguir mejorando. Todo lo he aprendido del ejemplo, no es que me haya caído una estrellita del cielo y aprendí. Estoy muy agradecida por eso.
Aparte, debemos de ser bien, bien, bien equilibrados. Me decía: “¿Por qué tengo que decir esto, si en mi vida no soy un ejemplo? Entonces mejor contrólate, sé humilde y cállate”. Siempre fui sincera con lo que no me gustaba, posiblemente te contaron sobre tomas del local o que botábamos profes. (Risas)
P: ¿Solías protestar mucho en su época de estudiante?
R: Había momentos en los que debíamos de cuestionar, creo que es cuestión de organizarse. En aquel entonces, lamentablemente me sentía sola. Pocos éramos los que teníamos las ganas de generar un cambio. Hubo un momento en el que asumí el rol de representante de la escuela, nadie quería representarnos y eso tal vez fue por desconocimiento. Pero alguien necesitaba hablar por los demás.
P: ¿Qué me puedes decir sobre la frase de “Protegerse entre comunicadores”?
R: A mi me gusta que no se les baje la autoestima a los comunicadores, porque los veo y están todo bajoneados. Por más difícil que sea el mundo afuera, todos la luchan y no debemos de vivir en nuestra esfera de vergüenza. Te dicen: “Estudias comunicación, vas a ser periodista” y uno se avergüenza. Pero, pucha, periodismo puede ser lo mejor si te esfuerzas bien. A mi me gusta mucho defender lo que hago y lo que hacen mis compañeros, no me gusta que los hagan sentir mal. No hay mucho que envidiar a los otros, porque todo depende de tu autoestima y de cuanto te la creas. Si tú no te la crees, lamentablemente, todos te van a ganar allá afuera.
P: ¿Qué es lo que te apasionó más de estudiar Ciencias de la comunicación?
R: El hecho de ser flexible, es parte de la carrera y se apega mucho a lo que soy. Tú puedes ver el arte de cualquier forma, el arte de escribir, el arte de diseñar, el arte de crear un proyecto social. Eso es lo que me gusta de mi carrera. No puedo someterme a un manual exacto, aquí escoges un poquito de las ramas sociales y configuras, propones y creas. Crear, a mi me apasiona. Nos ayuda mucho a no estar sujetos, ni romper reglas. Eso es lo bacán de ser comunicador.
P: ¿Cuáles son tus proyectos a futuro?
R: Uff, tengo muchas cosas. Soy una persona multifacética y yo no puedo hacer solo una cosa. Tú sabes, como mujeres, tenemos el cerebro para hacer diez cosas a la vez. Pero por lo pronto me gustaría dedicarme a trabajar con comunidades andinas o rurales, porque siento que ellos tienen una historia y cultura más compacta. Yo quiero aprender. También me gustaría trabajar en algún proyecto para la amazonia, claro que a la par con el arte. Debo sí o sí hacer obras de teatro.
Durante las previas a la entrevista, Angie arreglaba la iluminación de su habitación, mientras comentaba: “Oye tenía miedo a decirte que no, porque estaba a full y es bueno haber coincidido”. Angie se caracteriza por su buen humor y bromas, mientras nos preparábamos me dijo: “No te preocupes, a mí también me ayudaron en la universidad, ahora me toca hacerlo”.
Para romper el hielo, le comenté: “Angie, una vez me dijeron que no estaba mal vestida, solo que vestía como universitario” a lo que ella respondió “Cuando iba a la universidad, todos me decían que ya cambiara de pijama y yo les respondía que otro día será”.
Fue una entrevista amena, curiosa y graciosa por momentos. En una sola palabra, fue agradable.